lunes, 5 de agosto de 2024

 


Un cuento para Catalina


La luna enojada


La Luna estaba realmente enojada esa mañana. Ya había descubierto quién le estaba contando al Sol que ella salía cada noche a bailar y regresaba a casa muy entrado el amanecer, justo cuando él se había marchado a su trabajo. Se trataba de la Abeja madrugadora.

Esta vez la señorita Luna se la cobraría sin compasión, pensó.

Sin pensarlo mucho ideo un plan en complicidad con su amiga la Brisa del Sur, quien era más fría que la Antártida y también con su incondicional amigo, el viejo Roble del camino para propinarle un gran susto a esa  Abeja traidora.

Los tres esperaron pacientemente el momento justo en el que la supuesta intrigante regresaba de su habitual caminata matutina y, cuando estuvo suficientemente cerca, zasss, la Brisa del Sur sopló con fuerza al viejo Roble quien dejó caer una de sus ramas secas por el frio del invierno, para que cayera encima de la Abeja.

Pero el plan no dio el resultado que ellos esperaban porque la Abeja fue más rápida en su reacción y se detuvo a tiempo.

La Luna, escondida detrás de unos matorrales, murmuró: "Se salvó esta vez, pero ya habrá otra oportunidad". 

Esa noche la señorita Luna regreso temprano a casa.


Fin

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